Cuando me enteré que de forma particular se iba a hacer una viñeta basada en la lámina de Ferrer Dalmau, llamada El Saludo, pensé en que podía convertirla en una escena que forma parte de la niñez de muchas personas de mi quinta. En este artículo aparece pintada por un compañero de asociación: https://alabarda.net/el-saludo/
Para ello fijé mi objetivo en un kiosko de golosinas y tebeos de los que hubo en muchos, por no decir todos, los parques y barrios en los que vivíamos. En esos kioskos encontrábamos, además de miles de formas de engullir azúcar a mansalva, los tebeos que luego nos harían vivir mil y una aventuras o los álbumes de cromos de la liga de futbol en curso.
Empecé con unas paredes de foam, sobre las que fui haciendo los huecos que iba a necesitar. Posteriormente añadí trozos de pequeños palitos de madera para conformar las ventanas del kiosko, y además trozos de palos de madera similares a los llevan los helados o polos para la puerta por ejemplo.
El techo es un papel ondulado que encontré en una papelería hace tiempo y que guardé precisamente para simular la uralita. Posteriormente al recibir un lavado de cola blanca diluida en agua, hago que ese papel endurezca para poder recibir los tratamientos necesarios de pintura.
Para los cristales usé metacrilato muy fino, concretamente el que se suele usar cuando se encuadernan fotocopias y ponemos delante y detrás para proteger las copias.
Y las imágenes que se ven de caramelos, tebeos, etc, son impresiones a escala de productos de la época.
Dejo fotos del paso a paso del kiosko: